martes, 26 de julio de 2011

Los secretos perdidos.

Hola blogueras-os:
Aun recuerdo aquellos días en las costas de Jamaica, cuando aun no levantaba un palmo del suelo. Me gustaba sentirme un grumete, caminando entre muelles y cantinas, escuchando aquellas historias tan llenas de brisas marinas, que solían contar los marineros que atracaban sus barcos en el muelle, con ansias de ron y tierra firme.
Cuanta nostalgia de aquellos años, cuando la mar era un mundo desconocido para mi. En mi mente aun siguen vivas las imágenes de leyendas, de seres especiales, enigmáticas hechiceras de hombres, los cuales caían seducidos ante el encanto de su voz.
Sirenas, decían que se llamaban. Y no había manera de que todos se pusieran de acuerdo en sus historias, cada cual tenia una vivencia distintas de aquella especie marina, que empezaba a seducirme aun cuando todavía no levantaba un palmo del suelo, ni comprendía bien el significado de las palabras.
-Seres mitad mujer, mitad pez-, le gustaba decir al capitán Bob, -por eso seducen con su canto-. A lo que replicaba su contramaestre, que eran jóvenes con cuerpo de ave, nacidas de la mitología griega. Quizás porque el contramaestre Paul, era un ser que no se dejaba seducir tan facilmente, o no había vivido las aventuras del capitán Bob. Lo cierto es que golpeaba la mesa con tanta fuerza, que movía su botella de ron mientras gritaba.
-Fueron los griegos, quienes crearon estos seres. Su afán de asociarlo todo a la mitología, hizo que nacieran de la unión de Aqueloo y Caliope, de la elocuencia y la lírica, dando así paso a tres nuevos mitos. Leucosia (blanca), Ligea (armoniosa) y Partenope (ojo de virgen). Mujeres que sufrieron la ira de Ceres, la cual las maldijo, convirtiéndolas en monstruos mitad mujer mitad ave. Las cuales morirían sino atraían la vista de los hombres hacia ellas, viviendo condenadas a sufrir vergüenza.
Mi mente intentaba imaginar aquellas mujeres convertidas en aves, pero no podía, el capitán Bob replicaba con la misma contundencia que su contramaestre. -Explicame hijo, ¿por que entonces, hay hombres que caen ante el encanto de estos seres?. Recuerdo la historia de un marinero en aguas de Sicilia, el cual presencio como sus compañeros de navío caían seducidos por una voz celestial que les cantaba, atrayéndolos a una muerte segura.

También vio con ojos de espasmo como estos mismos se convirtieron en fantasmas errantes, los cuales vivían solo para satisfacer el capricho de las sirenas, las cuales en noches de tormentas salían a la caza de navíos perdidos, para entregárselos al mismo Hades.
Mi cuerpo templaba ante aquel relato, pero las ansias de echarme a la mar y descubrir la verdad de aquellas historias, hicieron que días después me introdujera de polizón en el Errante, navío que capitaneaba el señor Bob.
Veinte años navegue en el Errante, veinte años visitando puertos y conociendo mares, preguntándoles a todos por aquellas historias de sirenas y marineros. En oriente se les conoce como Abou-Muzaina (padre de la belleza), en Escocia son las damas blancas, en Alemania se les dice Nix, también son conocidas en Neerlandia como La merminne o neek. Y para mi, son la madre del universo marino, aquellas que dieron vida y forma a todo lo que nos rodea, las que acompañan la nostalgia del marinero cuando las noches son espesas y la luz de la tierra solo se ve en sueños imaginarios ,al calor del abrigo de un ser amado.
Mis recuerdos se borran de mi mente, con la misma rapidez con la que los pliegues de mi piel ocultan mis tatuajes, y a veces pienso que nunca visite esos sitios, que solo son las elucubraciones de un loco amante del mar, que nunca tuvo el valor de mirar de cerca a aquellos seres, pero que toda la vida vivió como bien dice el significado de la palabra sirena (encadenado), a un sueño que me acompañara hasta el día de mi muerte.
Un abrazo.
La aguja dorada.

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