lunes, 27 de junio de 2011

Caminando por el origen de los apellidos.

Hola blogueras-os:
En la antigüedad los apellidos, eran la base donde se sostenía el linaje de cada familia, aunque muchas veces no sabemos de donde procede en realidad. Para eso, debemos trasladarnos en el tiempo y registrar en la historia hasta descubrir la raíz del mismo, es decir, encontrar la heráldica que describa la casa de la que procedemos a través del escudo de arma que la representa.

El uso del blasón, data de tiempos inmemorables. Su origen bíblico, se recoge en la sagrada lucha del bien contra el mal. Cuentan que el arcángel Miguel, llevaba un escudo plateado con una cruz roja, en su batalla contra lucifer.
Emblema distintivo de quien era el hijo de dios y quien no, y es que quizás, fuese esa la primera función de los blasones, el reconocer a cada cual en el campo de batalla o delimitar un territorio.
Para los estudiosos franceses, los escudos de armas tienen sus orígenes en Alemania, durante el reinado de Enrique I de Sajonia. El uso de estos escudos, se basaba en señalizar a los caballeros que participaban en los torneos, ya que era difícil distinguir a la persona en cuestión detrás de yelmos y armaduras.
Uno de los sitios donde se solía poner una marca distintiva del participante en torneos de este estilo, era en los escudos defensivos, quedando con el tiempo la costumbre de convertirlo en el soporte habitual de los escudos de armas. En estos certámenes, ganaban gran relevancia los heraldos, los cuales tenían como función el presentar a los asistentes, al caballero que iba a competir en ese momento, describiendo su procedencia y las armas que portaba. En el momento que el guerrero entraba en el campo, el heraldo, hacia sonar el blasen dando así comienzo a la contienda.
Estos ejercicios de guerra en tiempos de paz y sus distintivos, eran llevados al campo de batalla. De hecho, cuentan los entendidos en la materia, que el boom de hacer uso de ellos se hizo extensible en toda Europa gracias a las cruzadas.
Cabe destacar, que los primeros heráldicos fueron tomados como modelos, siendo imitados cuando no mediaba parentesco, trayendo como consecuencia que estos primeros escudos de armas pusieran en su base, lo que hoy llamaríamos derecho  de exclusividad a través de la frase: "No porta de otro",
Y es que en un comienzo, los escudos eran personales. Pasando a ser de carácter hereditario y permanente en el siglo XII, con lo que se comenzó a llevar un registro de los mismos y a regular su uso. Esto trajo como consecuencia, que el trabajo de los heraldos, fuera extensible a cada región de Europa, dotándolos así de poder, ya que ellos eran los que determinaban que escudo pertenecía a cada familia. Situación que también se regulo, pasando el poder de seleccionar y dar heraldicos, a los reyes de armas.
Es desde este entonces, donde propiamente podemos hablar o situar de manera legal los escudos de armas, los cuales podían pertenecer a una villa, una ciudad, un gremio o una orden religiosa.
El formato y diseño de los primeros escudos eran bastante simple. Con el paso de distintas tendencias artísticas, los maestros dedicados al arte de confeccionarlos fueron introduciendo distintos tipos de figuras, de una manera altruista. Aunque en algunos, se empleaba el significado del apellido para engalanar el escudo de armas.
Esta manera de confeccionar los heraldicos, fue utilizada de forma inteligente por los aduladores y cronistas de distintas épocas en la historia para falsear las anécdotas, de aquellos que eran dueños del escudo. Creando con ellas, historias no reales y a veces de imposible aceptación, aun sabiendo que eran parte de la picaresca fantasiosa del escritor, el cual se ayudaba de las imagen que poseía el escudo de armas para dar fe a su invención. Dejando así confusa epopeya para generaciones posteriores, perdiéndose entre rimas y leyendas la verdad generacional de un clan o linaje.
Aunque con el tiempo, las personas deseaban tener su propio escudo de armas que contase sus propias proezas y logros, más que los de sus antepasados. Razón por la cual, muchos desestimaron el uso de escudos de armas familiares de un bragado linaje, para hacer uso de los suyos propios, creando un vacío en el tiempo y en la raíz tradicional de una familia.
En la actualidad  los escudos de armas solo tienen un uso meramente artístico y cultural, ya que no hay guerras que representar, ni torneos donde demostrar las habilidades alcanzadas con las armas. Tampoco las familias buscan el apoyo de los apellidos para contraer matrimonio, hasta las clases mas nobles de nuestro continente europeo, ha desarraigado el uso del casamiento como muestra de fe y fuerza de un linaje, ya que los príncipes e infantas pueden escoger con el corazón y no por lo descriptivo de un escudo de armas .
Y es que lo que un día fue símbolo testimonial de la fuerza económica, política o religiosa, hoy renace con una nueva y variada tendencia, que es la de redescubrir los orígenes de cada familia y su historia. Aunque lo que cuente el escudo de armas no sea real, nos encanta envolvernos en el mágico proceso de retroceder a través de él en el tiempo y presumir del origen de nuestro apellido y el paso del mismo por Europa.
Un abrazo.
La aguja dorada.

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