Curium

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Desde los propios principios prehistóricos, el hombre ha sabido utilizar todas las partes de aquellos animales que cazaba. La carne, sus huesos para hacer armas y sobre todo su piel, con la cual conseguía cubrir su cuerpo y resguardarlo del frío, la lluvia y la noche.
Aprendió a utilizar la grasa de los sesos de sus presas, para evitar que las pieles de los animales se dañaran o endurecieran, creando así el noble oficio de la curtición.

Los hebreos y babilonicos para preservar la piel de los animales, además de utilizar la grasa de seso, también lograban la obtención del cuero utilizando sustancias astringentes de cortezas, raíces y frutos, curándolas con sal común.
La sociedad egipcia, desarrollo la curtición de manera excepcional. Hoy en día, se pueden observar hallazgos de segmentos de cuero de mas de 3000 años perteneciente a esta fantástica civilización.

Las legiones romanas, fueron grandes consumidoras de cuero. Lo utilizaban para componer sus cascos, yelmos o escudos. El material era muy preciado por los habitantes del imperio, a tal punto que, el control de su comercialización condujo a la guerra de cartago entre otras cuestiones.

La España de la Edad Media, alcanzaría fama por su esplendorosa época de comercialización del cuero, sobre todo al sur. La cuidad de Córdoba, era conocida por su buena producción de este material y la alta calidad del mismo, así como el repujado.
Se han encontrado en el pueblo de Botorrita, perteneciente a la región de Zaragoza, cantidades de cal, azufre y otros productos químicos que dan fe del desarrollo de esta industria en la zona.

Para lograr un magnifico material a partir de un producto natural desechable, es necesario utilizar elementos como el tanio, que se extrae de plantas como el roble, el sauce, quebracho y mangle entre otros. También sales de cromo, que se obtienen de la combinacion de hierro y cromo, además de aceite de ballena, foca, bacalao y curtiente sintético.Generando un producto duradero en el tiempo y totalmente funcional.
Los marineros en la antiguedad, veían en el cuero un aliado, ya que les servía para velas y cubiertas de grandes buques. Los pensadores y filósofos, dejaban plasmados en él historia, leyes, decretos, etc., antes de introducirse la comercialización del papel.

Comercialización que no ha decaído con el paso de los años, aunque ha tenido sus altos y bajos. En la edad media,  Carlo Magno en el año 476, limita el comercio de las pieles y sube los impuestos de las mismas, provocando una decadente fabricación y producción. Pero como he dicho, solo fue un bache en la historia del curium.
Ya que ni la expulsión de reputados curtidores y artesanos, de procedencia judía o moriscos de tierras españolas, hizo que la producción se viese seriamente dañada. Marruecos abrió sus puertas a estos sabios curtidores, dejándolos asentar sus negocios, y generando una nueva industria que predomina a día de hoy.

Ya que el cuero es la base de una amplia industria, que abarca desde la fabricacion de objetos como correas de transmisión para maquinarias, así como de talabartería, guantes industriales, etc. Sin olvidarnos de su papel dominante en el mundo del diseño y la moda, peletería, fabricacion de carteras, maletas y otra prendas básicas y de utilidad diaria.   
Elemento desechable, que sabemos utilizar desde tiempos remotos sin dañar nuestra fauna, alejándonos de aquellos que de manera indiscriminada, exterminan a especies por el mero uso de su piel. Acción totalmente repulsiva, que deja en muy mal lugar al ser humano y su no respeto a la naturaleza.
Un abrazo.
La aguja dorada.